Conectando con tu niño interior
- Bediwa
- 26 jul 2024
- 4 Min. de lectura
Todos hemos escuchado hablar del niño interior, pero quién es realmente el niño interior ¿?
Es aquel ser que habita dentro de cada uno de nosotros, y que sigue viviendo presente en nuestro corazón.
Es un aspecto de nuestra personalidad que representa las emociones, experiencias y necesidades que tuvimos durante la infancia.
Recuerdo que la primera vez que escuche esto del niño interior en terapia, tan solo de pensarlo me daba tremenda hueva ir ahí, por qué ¿? No lo sé, ahí estaban muchas de mis respuestas que no quería ver.
Empecemos contando que es la niñez, esa etapa maravillosa por la que todo adulto ha pasado donde eres un ser que depende 100% de un adulto, y cuyas necesidades se basan principalmente en el afecto, amor, y en cubrir las necesidades básicas que todo humano necesita, alimento, sustento, sueño.
Un niño es un ser lleno de amor, luz, inocencia, pureza, donde requiere de la guía de un adulto para ir formando su camino y personalidad, además del ADN ya configurado en sus células para desarrollar algunos rasgos personales. Un niño aún no desarrolla la conciencia y viene a la tierra a aprender a caminar, desarrollarse y evolucionar.
Por lo cual, es clave la guía y educación que haya recibido para su óptimo desarrollo, así como el amor y afecto entre otras cosas que pudo haber recibido de niño.
En la niñez todo nos parece más grande, y magnificamos las experiencias viéndolas de miles de formas y colores, o a una potencia mayor, somos dueños de nuestras necesidades en tiempo real, sin medir el control, ya que aún no se desarrolla completamente la corteza prefrontal y deseamos tener toda la atención, y esto puede ser cansado para un adulto que tampoco ha tenido una contención y gestión emocional.
Somos ¨domesticados¨ según las creencias y experiencias de nuestros padres o las personas que estaban a nuestro cargo, y no nos hacemos conscientes hasta que no comenzamos a cuestionar nuestras necesidades actuales y principalmente las necesidades que ese niño tuvo y que no fueron escuchadas y atendidas.
De ahí los conflictos y problemas en la adultez.
Hay veces que nuestra niñez fue dolorosa y complicada que simplemente nos desconectamos de esa parte de nosotros y bloqueamos todo recuerdo o memoria de dolor para protegernos, y seguimos actuando bajo los mismos mecanismos de defensa, pero ahora en la adultez para seguirnos protegiendo, en vez de escuchar las necesidades que nuestro niño nos quiere decir.
¿Cómo darte cuenta de que te está hablando tu niño interior?
Cada que ves que actúas bajo un mismo patrón, o apegándote a situaciones o experiencias que en vez darte paz y tranquilidad te llevan a sentir que vives en un estado de sobrevivencia continua, en especial cuando así ha sido tu infancia.
Detectar de adulto tus principales heridas te llevará a observarlas y reconectar con tu niño interior, al menos para darle voz y voto, un trabajo de consciencia profundo y de todos los días podrá ayudarte a conocer mejor las necesidades de tu niño y por ende del adulto que eres.
Hay miles de millones de personas que hoy viven bajo las heridas de la infancia, y es que, no es sencillo mirarlo y revisarlas sobre todo si tus experiencias fueron dolorosas.
En lo personal creo que nunca había hecho un trabajo tan profundo con mi hadita hermosa como ahora lo estoy haciendo, es un trabajo que nunca me había dado la oportunidad de simplemente mirar su dolor, su tristeza, sus ganas de ser amada, su soledad, su vulnerabilidad, y es que aveces solo basta con mirar de la mano con un profesional que te guie en ese camino.
Nunca había visto a mi hadita tan alegre como hoy, cada niño tiene una personalidad diferente, mi niña solamente quería ser amada y estar cerca de ambos padres, solo quería ser vista, escuchada y que le explicaran que pasada porque había mucha confusión entre papá y mamá.
Esto me llevo a bailar con Berenice de 10 años, esto me llevo a peinarla y hacerle el peinado más bonito, que la hiciera ver más bella para seguir bailando, ella solo quería seguir bailando, porque ama bailar, ama hacer arte y crear magia, ama jugar, ama sonreír y patinar.
Hoy me di una tarde para besarla, abrazarla y convivir con ella, me rompió el corazón no haberlo hecho antes.
Antes de ver sus necesidades, tuve en el pasado relaciones humanas más complicadas, llegué a desconectarme de mi esencia, perderme y seguir un estándar para ser aceptada, por mis padres, por la sociedad, por encajar. Eso me llevo a estar en relaciones, trabajos donde no fui valorada, a no ser mi prioridad y poner a otros antes de mí. Pero mirar a mi niña me dio una tremenda paz y alegría, me lleno el corazón de amor. Conectar con tu niño interior es una parada obligada en el camino del autoconocimiento y espiritual.
Hace algunos años que vengo haciendo este trabajo de mirar las necesidades de mi niña, de encontrarme con mi espíritu y esencia. Desde que tuve este maravilloso encuentro con mi alma decido ser mi prioridad, mi baile, mi madre y la propia co-credora de mi vida, decido cumplir mi propósito de vida, decido ver la vida con todo lo que me pertenece, completa como ya lo soy y así mismo resonando en tribu.
Los amo
Namaste
Bediwa

¨Donde hay un sueño hay un niño ...
no importa su edad¨
Comments