Maternarte

Es volver a ti misma con ternura, hacer de tu alma un refugio sagrado y convertirte en la presencia amorosa que siempre esperaste.

Es abrazar sin juicio, nutrir tus emociones con compasión y sostenerte con la suavidad del amor más profundo: el tuyo.

Maternarte es volver a abrazarte completa, reconectar con tu niña interior, y reconocer tus necesidades, para escucharlas, observarlas y estar presente con ellas.

Gran parte del 2024, y lo que va del 2025 empecé a integrar en todo mi ser lo que era maternarme. Cómo seguramente muchos de ustedes, también fui una niña que creció en un entorno que me enseñó a que tenía que valerme por mí misma, y a que tenía que callar para ser aceptada, en un entorno no muy claro, donde viví inseguridades, carencias, miedos, sobrevivencia.

En estos entornos donde si no los cuestionas los normalizas, y no los haces consientes al grado de vivir bajo patrones que se repiten. A lo largo de mi vida pase por varios maestros que me llevaron a mirar estos patrones, desde mis padres hasta elaciones, parejas, vivencias, amigos, trabajos, jefes. Muchas veces actúe desde la víctima, no me conocía, no me había cuestionado y simplemente no me había dado la oportunidad de conectar con mi niña interior: mi mente inconsciente. No sabía cuales habían sido las necesidades no escuchadas de esa pequeña. Y como gran parte de los niños ellos solo florecen con atención y amor. Me daba miedo mirar a mi niña, me daba angustia, no le veía sentido, pensaba que era cosa de un psicólogo que se le ocurrió, y me aterraba que podía descubrir a través de ella.

Cuando realmente me di la oportunidad de conectar con mi cuerpo y estar presente, pude conectar con mi niña, ahí adentro había mucha tristeza, mucha rabia, muchas emociones guardadas que no habían sido expresadas, dolor … verla me partió el corazón, pero pude conectar con ella desde un espacio seguro, mi cuerpo, la presencia y la observación. Ahí empecé a mirar la realidad, a entender mis patrones, a mirar mi inconsciente, a entender mis necesidades de adulta, a conectar con la compasión y el amor, a honrar mi linaje, a honrar a mi padre y a mi madre, a RESIGNIFICAR, todo lo que SI existió. Cuando somos niños aveces tendemos a magnificar y solo mirar lo que faltó y nos cuesta integrar todo lo que si existió.

Cuando eres niño deseas simplemente sentirte protegido al lado de tus padres, es la certeza y seguridad que puedes dar a tu hijo, TU PRESENCIA real.

En todo mi proceso de Maternarme, el entender la vida de mis padres y saber que hicieron lo mejor para mi fue un punto importante. Sanar la relación con papá y mamá es clave en cualquier evolución humana, simplemente entender que por el simple hecho de que tus padres te hayan dado la vida eres un ser abundante. Independientemente de la situación que hayas vivido con ellos.

Hoy la vida me dio un regalo amoroso y bello, que de aquí nace este artículo.

En todo mi proceso de autoconocimiento y emprendimiento entendí la importancia de la relación amorosa con mi linaje y especialmente con mis padres.

Hace unos días mi padre fue operado, y mi madre y yo estuvimos para acompañarlo en este proceso, nunca pensé que la vida podía darme este regalo, que ahora te cuento... dentro de un contexto que tal vez parece más caótico y retador, por el tema de la salud de por medio. Realmente fue retador, ya que siempre existe la preocupación de cuando alguien de tus padres asiste al quirófano. No es la primera vez que sucede, pero en esta ocasión había un especial riesgo por el cuadro clínico. Los 3 estábamos un poco tensos, y decidimos cada uno confiar y dejarlo en manos del creador.

Todo salió maravilloso, a pesar de ser una semana intensa en muchos sentidos, después de esto pude compartir como creo que nunca mi niña lo había integrado en su SER con mis padres, mis padres son divorciados, pero el hecho de haber compartido juntos después de esto un fin de semana fue el regalo más bonito que pude tener, simplemente lo sentí a nivel energético. Muchos años busqué sanar la relación, muchas veces intenté de varias maneras, y hoy me di cuenta que no hay que hacer esfuerzos simplemente tomar un desayuno sencillo en casa, y abrir el corazón, probablemente la actitud de cada uno de los tres influyó.

Probablemente era el momento de reunirnos, e integrar ese AMOR de padres a hija, hoy mi niña interior se sintió amada, protegida, querida, mi adulta y mi niña se juntaron para agradecer con amor estos momentos tan especiales que pude haber compartido con mis padres, una constelación nació, una niña brincó, una madre contuvo, un padre dio seguridad. Uniendo mente, cuerpo y espíritu, padre, hijo y espíritu santo. Aveces las cosas más sencillas son las más sanadoras. Aveces solo hay que hacer contacto y estar al servicio.

Esto es fortuna, gracias, gracias, gracias.